APORTES Y PERSPECTIVAS

En el mes de octubre queremos compartir la experiencia de una de las profesionales colegas que participaron de la charla del festejo el día del psicopedagogo. Virginia Zini nos cuenta su experiencia en Psicopedagogía Laboral en el marco de un proyecto de Celulosa Argentina S.A.

 

 

Mi nombre es Virginia Zini, soy Psicopedagoga egresada de UNSAM en el año 2008, desde aquel momento tuve la enorme satisfacción de trabajar en mi profesión.

El dia 22 de septiembre en el marco de los festejos del día del psicopedagogo fui invitada por miembros del Nuestro Colegio para compartir una experiencia personal sobre lo que fue  para mi  transitar por un campo muy particular que es la “PSICOPEDAGOGIA E INSERCIÓN LABORAL”

Seguramente cuando decimos psicopedagogía e inserción laboral, muchos pensarán o se imaginarán nuestra intervención vinculada a la selección de personal. Pero lejos de ello, mi experiencia estuvo focalizada en brindar herramientas a jóvenes que estaban en el último año del colegio secundario, para que puedan una vez egresados del mismo, realizar una búsqueda efectiva de trabajo o comenzar a estudiar una carrera (que luego los llevaría a buscar un trabajo relacionado con ella).

Este programa en el que trabajé tuvo lugar en la empresa Celulosa Argentina S. A encuadrado en lo que se denomina RSE (Responsabilidad Social Empresarial) que es en simples palabras,  un compromiso que las empresas asumen con la región donde se encuentran, brindado así diferentes oportunidades a quienes allí viven. Es decir, Celulosa brindaba a los jóvenes los recursos materiales y humanos para que puedan participar de este proyecto, que durante ocho años brindó herramientas, recursos y oportunidades a más de 200 jóvenes.

Mi rol dentro del programa se denominaba “Orientadora” y consistía principalmente en trabajar con los 20 jóvenes de lunes a viernes durante cuatros horas sobre un eje central denominado “Proyecto de Vida”. Trabajamos con diversas herramientas y con diferentes modalidades de intervención, teniendo siempre como objetivo, que los jóvenes al egresar del programa pudieran visualizar su proyecto de vida, SIEMPRE REALIZASTA  y ajustado a sus necesidades económicas, sociales e intelectuales.

Para lograr alcanzar dicho proyecto de vida, desarrollábamos la labor sobre cuatro puntos fundamentales:

  1. Habilidades sociales y de comunicación: Trabajábamos aquí con herramientas de comunicación oral, escrita, no verbal. Posturas del cuerpo, miradas, entre otras cosas.
  2. Perfil personal: Aquí debían trabajar sobre ellos mismos, su FODA, reconocer sus potencialidades, saberse a sí mismos. Trabajamos autoestima, autoconcepto, autovaloración, resiliencia.
  3. Administración personal: Desarrollábamos en este eje habilidades de administración del tiempo, presupuesto, distancias, planificar días de estudio, o semanas o incluso meses.
  4. Inserción laboral efectiva: Trabajamos aquí con cuestiones neuralgias que hacen a la búsqueda de empleo: armar un curriculum, hacer una carta de presentación, como ir a una entrevista, como realizar la búsqueda de trabajo, entre muchas cosas más.

Todo lo que transcurría en el proyecto, todo lo que acontecía desde que los jóvenes ingresaban hasta que se iban: la bienvenida, el almuerzo, la merienda, el traslado, la recorrida por la fábrica, las reuniones con gerentes y empleados de la planta, las actividades, los juegos. Todo tenía el fin último de formarlos en valores y brindarles herramientas para lograr a futuro una inserción laboral efectiva, es decir: que al momento de salir a buscar trabajo pueda hacerlo a conciencia y con criterios firmes.

Y puedo decir, por haberlo visto, que cuando brindamos a los jóvenes un espacio de contención y de formación, los resultados son magníficos. Ninguno de los jóvenes que ha pasado por esta formación se ha ido de la misma manera. Puedo decir con gran orgullo que todos han sido capaces de planificar un proyecto de vida realista, con objetivos medibles, tangibles y posibles.

 

 

Virginia Zini

 

“La Enseñanza que deja huellas, no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”

Howard G. Hendricks